Cada héroe de Malvinas vivió tras grises atardeceres,
sol sombrío sin poder ver a sus familias y tratando de recuperar parte de
nuestra historia, de nuestro mundo.
Pasaron días
tratando de sobrevivir en campos de noche eterna, en una gesta aireado, con sus
boquitas de hambre triste y sus rostros helados.
Entre
explosiones y disparos cada combatiente sufrió el gran dolor de ver a sus
compañeros caer y no levantarse jamás.
Malvinas quedó
escrita con letras de sangre, tras la muerte de muchos jóvenes inocentes y fue
en vano, ya que no las recuperamos.
Aunque ni toda
la tierra del mundo podrá reparar todo el daño ocasionado a nuestros héroes
argentinos, alguna esperanza queda.
Por Faiella, Agustina y Reyes, Florencia.
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