viernes, 30 de marzo de 2012

Una herida abierta


Cada héroe de Malvinas vivió tras grises atardeceres, sol sombrío sin poder ver a sus familias y tratando de recuperar parte de nuestra historia, de nuestro mundo.
   Pasaron días tratando de sobrevivir en campos de noche eterna, en una gesta aireado, con sus boquitas de hambre triste y sus rostros helados.
  Entre explosiones y disparos cada combatiente sufrió el gran dolor de ver a sus compañeros caer y no levantarse jamás.
  Malvinas quedó escrita con letras de sangre, tras la muerte de muchos jóvenes inocentes y fue en vano, ya que no las recuperamos.
  Aunque ni toda la tierra del mundo podrá reparar todo el daño ocasionado a nuestros héroes argentinos, alguna esperanza queda.





Por Faiella, Agustina y Reyes, Florencia.

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